lunes, 29 de julio de 2013

¿EVALUAMOS A LAS PERSONAS POR EL MISMO RASERO? LA NORMA DE CALIDAD ISO 10667: UNA GARANTIA PARA NUESTROS CLIENTES

 
Desde AIRA, Psicología y Empresa somos conscientes de la importancia que tiene la evaluación de personas dentro de una organización como parte principal del éxito empresarial.
La experiencia que tenemos en materia de Recursos Humanos, la formación, los procesos de coaching,… sumado a la dilatada práctica en implantación y auditoría de sistemáticas de gestión de calidad, nos posiciona estratégicamente para el desarrollo de la nueva norma ISO 10667 sobre prestación de servicios de evaluación: procedimientos y métodos para la evaluación de personas en entornos laborales y organizacionales.
Dado el conocimiento que poseemos y el desarrollo profesional que realizamos, desde AIRA estamos en proceso y en disposición de realizar consultoría de implantación de esta norma, además de asumir el proceso de implantación interna para garantizar que nuestros métodos y procesos son eficaces y equitativos, según recoge la norma.
La nueva norma ISO 10667, publicada por AENOR en mayo de 2013, especifica los requisitos de referencia para la prestación de servicios de evaluación de personas, sus procedimientos y métodos, y así demostrar su capacidad para que la evaluación sea normalizada, adecuada y equitativa.
Con la implantación de esta norma, se consigue que los servicios de evaluación de personas se realicen bajo pautas de eficacia, facilitando la toma de decisiones en las contrataciones, aumentando el potencial y bienestar de los empleados, transmitiendo confianza a entidades, organizaciones y sociedad.
Se trata de garantizar a clientes y participantes en procesos de evaluación, el seguimiento e implantación de procedimientos y métodos acordes con una norma internacional, referente, contrastada,  y verificada por agentes externos.
La norma está pensada especialmente para el ámbito del reclutamiento y selección, la orientación profesional o vocacional, cambios de profesión durante la vida laboral o reintegración al campo laboral, desarrollo personal y coaching, promoción y planificación del relevo profesional, la recolocación y la planificación de la jubilación.
Está dirigida a un campo muy amplio de los Recursos Humanos, pero especialmente a aquellos que tienen una participación activa en la evaluación de personas. Especialmente, está orientada a las Organizaciones y Departamentos de RRHH de empresas, asesores y consultores de RRHH, formadores y evaluadores en reclutamiento, coaching y recolocación, que realicen selección de personas, pruebas de evaluación a personas, entrevistas. Además, tiene una clara orientación a Organizaciones que prestan servicios de evaluación para homologar o certificar personas y organizaciones que hagan uso de los resultados de las evaluaciones.
La norma tiene dos partes, dependiendo de la organización sujeta (si es una organización-cliente que contrata los servicios externos, o si es una consultora o una empresa externa que presta los servicios de selección y reclutamiento,… en definitiva hace una distinción entre cliente y el proveedor de los servicios:
ISO 10667-1. Parte 1: Deberes del cliente. En el caso de organizaciones que subcontraten los servicios de evaluación.
ISO 10667-2. Parte 2: Deberes del proveedor de servicios. En el caso de organizaciones que presten interna o externamente el servicio.
¿QUE SUPONE IMPLANTAR LA NORMA?
La normalización de la evaluación de personas, como para cualquier sistemática de calidad, consiste en el establecimiento de procedimientos y métodos, en todas las fases de la evaluación: 1. Acuerdo entre cliente y proveedor 2. Fase previa a la evaluación 3. Realización de la evaluación y 4. Revisión posterior.
La organización que ya posea un sistema implantado, tipo ISO 9001, cuenta con la infraestructura ya definida en cuanto al cierre del ciclo de mejora (planificar, hacer, tomar datos, mejorar), y por lo tanto tendrá ya un recorrido importante. Sin embargo, el centro del trabajo de implantación se va a concretar más en la definición de los métodos y procesos concretos de evaluación, pero aún más en el proceso clave desde el inicio de las conversaciones (detección de necesidades) hasta la revisión de los resultados. Esto significará la necesidad de recoger registros y mediciones de seguimiento que permitan demostrar que “lo que decimos lo estamos haciendo”.
Esto aporta algo muy importante a la evaluación de personas: Por un lado obliga  a planificar; por otro lado, obliga a documentar y a asumir, por todas las partes, unos compromisos con respecto al proceso, y es eso lo que transmite CONFIANZA Y SEGURIDAD a todas las partes (incluida a quien ejecuta los procesos).
Toda la metodología y procesos de evaluación integran obligaciones, derechos y responsabilidades de clientes y proveedores, para asegurar la igualdad y equidad en la aplicación de los procesos de evaluación de las personas.
LO MÁS IMPORTANTE:
Es que estamos ante una definición referencial sobre el proceso de evaluación de personas. Y esto implica diseñar un servicio, adecuándolo a una descripción contrastada y verificada internacionalmente, para lograr ser más eficaces en el proceso de evaluación.
Formalizando las actuaciones, la organización consigue dotar de objetividad, calidad y transparencia a sus procesos evaluativos. Consecuentemente, nuestros clientes mejorarán en sus decisiones de evaluación (garantizando que los procedimientos son fiables, válidos, justos y útiles).
Hacia el exterior, nuestra empresa conseguirá mejorar la calidad y con ello la imagen y prestigio de la profesión.
En definitiva, es una ventaja competitiva que mejorará la reputación de las Consultoras y las organizaciones (en busca de la RS, la ética y la equidad), reduciendo errores e incrementando la satisfacción final de los clientes.