Con la iniciativa de
dotar de un modelo de gestión que se adecuara a la realidad del Hospital de la
Caridad e Iglesia de San Jorge, EUSA Centro Adscrito a la Universidad de
Sevilla, emprendió una tarea de investigación centrada en proveer de un modelo
que permitiese identificar los factores que más valorasen los turistas en una
visita cultural.
En un primer término, y
siguiendo una metodología estratégica, se trabajó en identificar aquellos puntos
que podrían suponer un interés para la
visita y para el turismo. Si bien la ingente cantidad de productos con los que
cuenta la ciudad hacia necesaria la segmentación lo más ordenada y exhaustiva
posible, no es más cierto que esta lista podría aumentar tras una oportuna
valorización de muchos edificios y productos que no han sido tratados al
efecto.
La segmentación de
estos puntos de interés se determinó por su objeto de principal atracción, ya
fuera por su monumentalidad como edificio, su carácter religioso-cristiano,
expositivo o simplemente residencial.
A esta segmentación se
le acompañó de una evaluación somera sobre su nivel de adaptación a las visitas,
organización, horarios,… diferenciando 4 evaluaciones: 1 si está en valor
(organizado, con horarios, guías,…); 2 si es visitable con horarios
establecidos; 3 si es visitable sin horarios concretos; y 4 si no es visitable.
Lo que parecía evidente
aparece ahora como una realidad constatada: La ciudad de Sevilla cuenta con 143
puntos de interés turístico cultural. ¿Tantos? Lo más sorprendente es que, de
ellos, tan solo 20 no están en valor o situación de visitar. En un primer momento se podría pensar que
Sevilla cuenta con una gran cantidad de iglesias y conventos, y que esto es lo
que engrosa este número. Sin embargo, el estudio sigue sorprendiendo porque si
bien este segmento es importante, en iglesias y conventos de interés tan solo
se han identificado 58, menos de la mitad del total.
Otro dato interesante
es que de 143 puntos de interés, 103 pertenecen a la categoría catalogados como
BIC (Bienes de Interés Cultural), de 129 inmuebles inscritos en Sevilla. Por
tener una referencia, la ciudad de Granada cuenta con 121, Córdoba 119 y Málaga
59, de un total de 1001 inmuebles BIC que hay en Andalucía.
En cuanto a la “visitabilidad” o no, hay solo 20 puntos
de interés evaluados como no visitables, si bien en el siguiente nivel hay 70
que, aunque se puedan visitar, no poseen una estructura organizativa u horarios
al respecto.
Otro ámbito que se
desgrana del estudio es la deficiente promoción y comercialización que se
realiza de los productos turístico-culturales y religiosos. Internet ya sabemos
que no solo es el revulsivo, sino que es ya el canal exclusivo de la promoción
y de la venta. Aquí es donde empieza a perderse y a complicarse. La información
fluye, rápida y sin nitidez. La venta
está en manos de una ingente cantidad de operadores e intermediarios que han
visto en los productos turísticos, sus propios productos, y es cuando los productos
turísticos culturales aparecen en cualquier escaparate sin control.
Lo peor es que, en
general, los propios titulares de los productos tampoco han trabajado
correctamente el segmento comercial de su negocio, con lo que se pierde mucha
fiabilidad, tanto del producto, como de la venta.
Pero si el diagnostico
realizado fue interesante, más enriquecedor fue la creación de un modelo de
gestión de este tipo de establecimientos, abiertos al turista, y con una
necesidad gerencial más allá de lo meramente cultural o religioso. Es donde el
apellido turístico se pierde entre gafas de sol y pantalones cortos.
Un recurso turístico es
el que se puede visitar, y en muchos casos pagar, pero se paga en
contraprestación a algo que “aporte valor”. Aquí es donde los responsables de
los establecimientos se pierden, en la medida de que “no todo vale”, y que no
se puede cobrar por cualquier cosa. El resultado final debe ser satisfactorio.
A esto se le llama conocer a tu cliente y satisfacerlo en sus expectativas. No
se puede cobrar 5 euros para una visita que el itinerario tiene una duración de
15 min. Debemos tener productos sólidos y completos, en los que se justifique,
no solo el precio, sino el tiempo invertido en la visita, escaso para la
mayoría de los turistas.
Como resultado final,
el proyecto de investigación ha diseñado un modelo de gestión de los productos
turísticos culturales en donde se identifican todos aquellos factores que deben
estar presentes en este tipo de producto, en donde lo cultural y religioso se mezcla
con lo turístico. Si bien hay muchos factores evidentes, el modelo pretende
hacer ver otros factores que deben estar presentes y en muchos casos prevalecer
para dar forma y ponerle nombre a esa frase tan manía ya de “poner en valor”.
Por tanto, no solo el
valor material de lo que se palpa y se ve, es lo que se pretende enseñar, sino
el significado inmaterial de la moralidad y la ética, puesta en manos de la religión
católica, y para el caso concreto de D. Miguel Mañara y el Hospital de la Caridad, con
vocación apostólica de los recursos turísticos que se poseen.
Ignacio Montojo Profesor de Derecho Administrativo de Turismo (Grado Turismo 3) y
Profesor de Gestión de la Calidad en las Empresas turísticas (Grado turismo 4)
EUSA Centro Universitario adscrito a la Universidad de Sevilla
Para recibir el documento completo de investigación, puede solicitarlo sin compromiso a ignacio.montojo@eusa.es