La luz del amanecer sevillano sobre la calle Betis auguraba
un nuevo día de experiencias. Comenzamos temprano este Fam Trip que hicimos el
pasado martes 29 de mayo. Tocaba visitar la Sierra Norte de Sevilla. De nuevo
toda una experiencia de la mano de Prodetur, en convenio con la Asociación Sevillana
de Empresas Turísticas (ASET).
Sí, la Sierra Norte de Sevilla está llena de riquezas,
naturales, gastronómicas o monumentales, y son muchas las empresas que están
trabajando en el ámbito del turismo. Cada vez más, encontramos atractivos,
producto de la diversidad y de la curiosidad a modo de emociones, pero en esta
ocasión pudimos visitar solo una muestra de lo que la sierra norte ofrece. Y
para cumplir con la agenda prevista tuvimos que hacer muchos kilómetros de
curvas y vaivenes, suavizados por las cordiales acogidas de nuestros
anfitriones y la compaña de aquellos que decidimos realizar este fam trip.
Cordialidad, convivencia y contactos fueron características
de este viaje.
La primera parada fue en la afamada Ganadería de Reses
bravas: Dehesa Frias (de Dolores Aguirre Ybarra), en Constantina. Nuestra
anfitriona Jessica Martínez, responsable de eventos, acompañada por el mayoral
de la finca, nos deleitaron con verdaderos pases de torería a lomos de un camión
todoterreno que nos acercaron a las reses que estaban ya preparadas para
corridas. Después de la visita a la plaza y la finca, fuimos obsequiados por un
magnífico desayuno de campo, en donde el aceite virgen extra, de la casa, volvió
a ser protagonista gastronómico.
Y de Constantina a El Pedroso, a visitar el hotel de nuestro
amigo Pepín Bermúdez, el Hotel Montehuéznar. Un oasis de SPA en mitad de la
sierra, en un hotel preparado para acoger pequeños grupos en un ambiente
relajado y manso de tranquilidad.
De nuevo vuelta a Constantina, a visitar las Bodegas Fuente
Reina. Pero no, no podía ser más de lo mismo. Y es que las viñas tienen un
sabor, color y vista diferente, y si el escaparate es la sierra norte, el
espectáculo está garantizado. La bodega está en el pueblo, pero la joya está en
el campo. Un antiguo monasterio de los monjes basilipos, esplendorosamente
decorado de flores y elementos ornamentales de gusto selecto, da cobijo a este
tinto de la Sierra. Sí, tinto, tal y como nos explicaba su propietario Oscar
Zapke, tinto andaluz que se codea en las mejores ferias vinícolas. La verdad es
que se hacen descubrimientos que nos llenan de orgullo. Probaremos este caldo a
ver si, además de orgullo, nos llena de satisfacción.
Con la mañana ya desaparecida, y con prisas por la hora
llegamos a la Casa Rural Los Pozos de la Nieve. Más que casa rural es un
complejo de apartamentos en un edificio que albergaba un antiguo matadero. Las
prisas desaparecieron y la curiosidad empezó a sustituir a la hambruna. No podía
ser de otro modo. El edificio posee una gran sala de eventos que, sujetada con
arcos y columnas, la dotaba de una belleza inusitada. Dos grandes pozos de
nieve con grandes ventanales nos anunciaban que no estábamos en un lugar
cualquiera. Casa antigua de grandes espacios y una piscina que llamaba al baño
y al refresco de las primeras horas de la tarde. Gracias a Dirk Dominije y a su
mujer por recibirnos en su casa y por refrescarnos el viaje que nos esperaba.
Y si, lo tengo que decir, a Almadén de la Plata no se va por
la Sierra Norte. Aunque cercana a Cazalla de la Sierra en distancia, las curvas
y la hora del trayecto solo se pudieron sobrellevar con una buena charla y una
parada estratégica para recomponernos y engañar al estómago.
Por fin llegamos a la última parada. En Almadén nos esperaba
Juan Carlos Algora y su mujer, Marisa, los cuales, junto a su equipo,
aguantaron pacientemente nuestra llegada tardía, algo que agradecemos porque
nos recibieron con una sonrisa y una amabilidad que les honra. Y sí, el Molino
de Almadén dio la talla. Una comida típica de la sierra a base de nuestro queridísimo
cerdo ibérico en un restaurante que está anexo a un molino de aceite. El Molino
conserva la maquinaria antigua y el proceso de extracción en frío y que,
sorprendentemente funcionaba, aunque no se encuentra en uso.
A eso de las ocho y media de la tarde llegamos al mismo lugar
de partida, nuestra Torre del Oro, pero con el sol en el lado opuesto, y dándole
silueta sombría al barrio de Triana.
Si antes ya lo sabíamos, ahora tenemos argumentos y
experiencias que día a día crecen y configuran nuestro producto y gritar muy
fuerte que tenemos una gran ciudad rodeada de extraordinarias bellezas. Sevilla
y su provincia.
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